lunes, 27 de octubre de 2008

El hombre conduce pero la mujer no es una Marioneta

Art. de Lidia Ferrari

Revista B.A.Tango, Año IV, Número 89, diciembre de 1998, Buenos Aires

Existen ideas sobre el tango que, a veces, sin ser explícitas, tienen consecuencias sobre la forma en que se lo baila. Como en el tango el hombre es quien toma a su cargo la conducción de la danza (dirección, figuras, etc.) se tiende a ver esto de forma mecánica. Determinada marca es un estímulo que forma parte de un arco reflejo, es decir: tal estímulo produce determinada respuesta automática. Efectivamente, la marca del hombre condiciona lo que hace la mujer. Si bien es ley en el tango que el hombre conduce esto no quiere decir que la mujer sea una marioneta, pues se borraría la producción conjunta del baile y sobre todo la emoción que hay en ella. Si uno es guiado por este mecanicismo (aún sin darse cuenta) en la forma de considerar la marca del hombre y la respuesta a ella se pueden registrar varias consecuencias.Se puede notar en los comienzos del aprendizaje, tanto en el hombre como en la mujer que, efectivamente, muchos se forman esta idea de la conducción. Vemos entonces que los hombres realizan marcas mecánicas y desarticuladas y las mujeres responden en forma inmediata o en forma resistida, pero sin considerar lo que ellas pueden hacer en esa respuesta. Se tiende a recortar muy esquemáticamente los signos de las marcas. La mano que marca en la espalda y los brazos parecen desarticulados del resto del cuerpo. Se separa la marca de toda la intención corporal de hacia donde quiere ir el hombre o qué figura quiere hacer. Esto tiene consecuencias negativas sobre la forma de marcar y conducir. Exageran la marca más de lo conveniente, como si el movimiento de una mano debiera ser muy notorio para obtener la respuesta deseada. En la mujer es posible observar esto en que el paso cae, como si la mujer no se tomara el tiempo o la intención, y como si no pudiera sostener su cuerpo al margen del hombre o como si el paso no lo hiciera ella. Quizá convendría transformar la idea de esquema estímulo-respuesta por la de un engranaje, donde la acción del hombre (todo su cuerpo, su sensibilidad y su intención) conduce a que la mujer también produzca acciones (con todo su cuerpo, su sensibilidad y su intención) que a su vez encadenan en las acciones del hombre y así sucesivamente, siendo muy difícil aislar absolutamente la acción del uno de la del otro.

Me interesa referirme a la parte del baile de la mujer pues aunque siempre se diga que es mucho más sencilla que la del hombre (y esto es cierto) sin embargo debe emprender una ardua tarea. Debe por un lado afinar su sensibilidad para reconocer la intención del hombre y, al mismo tiempo, responder con su seguridad, su consistencia en los pasos y su tiempo de baile. Un delicado equilibrio que articula su necesaria y sutil disponibilidad a responder a la conducción del hombre y su firmeza, seguridad y destreza en la danza.

Entonces, aunque el trabajo de convertirse en una buena bailarina implique una tarea menos compleja que la del hombre no debe descuidarse la dificultad que supone la delicada tarea de articular su disponibilidad a la conducción del hombre con la firmeza de su baile. Y esto puede presentar problemas, si se exacerban algunos de esos términos.

Si se exacerba la disponibilidad puede llegar a responder automáticamente a la marca. Frecuentemente la mujer, en sus comienzos, responde automáticamente. El paso se hace breve, poco consistente, como si cayera. El efecto es que la mujer es arrastrada, zamarreada y hasta pierde el equilibrio. Es un "flan" que no baila, sino que es bailada. Ella responde automáticamente a la marca y no le da su volumen, su distancia y su estilo a los pasos.

Si ella inclina la balanza del lado de la firmeza quizá no pueda bailar en compañía y sensiblemente. Al sustraerse a la entrega al baile y al que la conduce, quizá parezca que baila sola, como soslayando el engranaje del que forma parte. En el engranaje las dos piezas deben ajustarse, coincidir, encontrarse, dialogar, al fin de cuentas no es una maquinaria (aunque a veces lo parezca) sino un diálogo de sensibilidades.

Una de las características del baile de la mujer está en sus adornos pero, sobre todo, en su maestría para saber seguir al hombre y bailar con su estilo.

Cuando una buena bailarina responde muy bien a la marca, puede bailar con cada hombre imponiendo su propio estilo y al mismo tiempo en correspondencia con el estilo de baile del hombre. Esto puede parecer a los ojos de los demás como que la mujer ya sabe lo que va a hacer el hombre. La marca o la conducción masculina no se nota. Parece que ya supiera qué es lo que va a hacer. Su respuesta es inmediata pero muy consistente. No se nota que está dejándose llevar y que es absolutamente sensible y dispuesta a la conducción masculina. Se advierte su presencia por su estilo, porque hace fácil esa dificultad de entender y percibir la marca del hombre y logra incluir su estilo, sus firuletes, sus adornos, su baile.

jueves, 2 de octubre de 2008

Proponen tango como patrimonio de la UNESCO

Noticia de Yahoo (remitida por Eilin)

1 de octubre de 2008, 05:35 PM

BUENOS AIRES (AP) - Las ciudades de Buenos Aires y Montevideo realizarán una petición conjunta ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para que el tango sea declarado patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

"Buenos Aires y Montevideo aspiran a incluir el tango como innegable expresión popular en la que habitan las raíces y la historia de una comunidad", explicó el miércoles la alcaldía de la ciudad de Buenos Aires en su sitio de Internet.

Ya enfrentados por el fútbol, argentinos y uruguayos también tienen un clásico aparte por el tango. Durante décadas se disputaron el lugar de nacimiento del legendario Carlos Gardel y por la autoría de "La Cumparsita", compuesta por el uruguayo Mattos Rodríguez pero interpretada por primera vez por el sexteto argentino de Roberto Firpo en 1917.

El ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, destacó la iniciativa conjunta ante la UNESCO "porque el tango es una bandera que une ambas ciudades, formamos parte de una misma identidad y la cultura nos permite fortalecer esta identidad en común".

En 2003 la UNESCO adoptó la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, entendido éste como los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, grupos y en algunos casos individuos reconocen como parte integral de su patrimonio cultural. También incluye objetos, artefactos y espacios culturales relacionados con las manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial.

La convención entró en vigor en 2007, tras lo cual se conformó un comité intergubernamental que en septiembre de 2009 elegirá por primera vez entre las numerosas candidaturas que aspiran a convertirse en patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

Federic Vacheron, especialista del programa de Cultura de la oficina de la UNESCO para el Mercosur en Montevideo, explicó a AP en diálogo telefónico que en caso de que el tango sea elegido "va a alcanzar una dimensión universal. Cambia totalmente su status".

"Contará con una protección máxima que impedirá a los Estados hacer lo que quieren con esa expresión, están obligados a conservar su autenticidad" y además los países que lo promovieron "podrán acceder a un fondo especial de la UNESCO", dijo el funcionario.

Pese a que se trata de una iniciativa de las alcaldías de ambas capitales sudamericanas, son los gobiernos centrales los que deben presentar las candidaturas ante la UNESCO.

El tango surgió en el Río de la Plata a fines del siglo XIX, en los suburbios de Buenos Aires y Montevideo, y lentamente fue ganando el favor de públicos más sofisticados hasta llegar a ser hoy una atracción en Europa, Estados Unidos y Japón.

UNIDOS POR EL TANGO